"Rene Aubry - La Petite Cascade"
Ayer me imaginé que era patrón. De uno de aquellos botes que pasan por mi río… luchando a veces contra esas aguas densas y sorteando troncos y ramas que acompañan indiferentes ese cambiante trazo que dibuja el Ucayali por la selva.
Después lo pensé mejor... prefería ser el dueño de una compañía de transportes fluvial, y navegar en mis lanchas cuando quisiera, sin tener que preocuparme por esos bultos flotantes que en épocas secas van quedando varados en las imprevisibles playas que se forman todos los años en verano. Recorrería mi río cuando quisiera y cada día con una motonave distinta... motonaves de fierro muy grandes pintadas de verde selva y decoradas con el dibujo de una gran ceiba, una ceiba de tronco liso y muy alto, y, al lado, el río con la motonave pintada de verde selva...
...aunque podría ser aburrido... mejor sería ser rico... y cuando quisiera alquilaría una motonave de fierro... y cuando no, una avioneta, y surcaría el río por encima de los árboles, y de las nubes... vería esa serpiente que año tras año cambia de forma... a la que no se le oponen ni los árboles, pues, si es necesario los tumba poco a poco... ablandando la tierra sobre la que reposan con paciencia y sin prisas, y, lentamente, hacerlos caer hasta convertirlos en esos bultos flotantes que le acompañan.
No sé por qué dicen que los ricos no disfrutan del dinero que tienen... yo haría cantidad de cosas... me compraría una casa enorme entre los árboles de mis tierras, y tendría criados que me traerían la comida... me lavarían a diario y no tendría este color marrón tierra en el cuerpo...
De todas formas, creo que todo eso va a ser imposible, ya que seguiré siendo un simple oso... de largas garras y cara redonda y plana, de pelo pardo grisáceo... un simple oso que nunca podrá ver más allá de su grupo de árboles en los que habita... un oso muy lento, tan lento que moriría si ardiesen sus troncos... y tan perezoso que nunca será nada más que un oso...
Ayer me imaginé que era patrón. De uno de aquellos botes que pasan por mi río… luchando a veces contra esas aguas densas y sorteando troncos y ramas que acompañan indiferentes ese cambiante trazo que dibuja el Ucayali por la selva.
Después lo pensé mejor... prefería ser el dueño de una compañía de transportes fluvial, y navegar en mis lanchas cuando quisiera, sin tener que preocuparme por esos bultos flotantes que en épocas secas van quedando varados en las imprevisibles playas que se forman todos los años en verano. Recorrería mi río cuando quisiera y cada día con una motonave distinta... motonaves de fierro muy grandes pintadas de verde selva y decoradas con el dibujo de una gran ceiba, una ceiba de tronco liso y muy alto, y, al lado, el río con la motonave pintada de verde selva...
...aunque podría ser aburrido... mejor sería ser rico... y cuando quisiera alquilaría una motonave de fierro... y cuando no, una avioneta, y surcaría el río por encima de los árboles, y de las nubes... vería esa serpiente que año tras año cambia de forma... a la que no se le oponen ni los árboles, pues, si es necesario los tumba poco a poco... ablandando la tierra sobre la que reposan con paciencia y sin prisas, y, lentamente, hacerlos caer hasta convertirlos en esos bultos flotantes que le acompañan.
No sé por qué dicen que los ricos no disfrutan del dinero que tienen... yo haría cantidad de cosas... me compraría una casa enorme entre los árboles de mis tierras, y tendría criados que me traerían la comida... me lavarían a diario y no tendría este color marrón tierra en el cuerpo...
De todas formas, creo que todo eso va a ser imposible, ya que seguiré siendo un simple oso... de largas garras y cara redonda y plana, de pelo pardo grisáceo... un simple oso que nunca podrá ver más allá de su grupo de árboles en los que habita... un oso muy lento, tan lento que moriría si ardiesen sus troncos... y tan perezoso que nunca será nada más que un oso...
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