Abre los ojos lentamente y ve la cara de Jorge a unos escasos 10 centímetros. Ya son más de las seis y el sol comienza a dar pinceladas a ese gran lienzo que le espera a diario... unas pinceladas que a Roger no le parecen las de siempre...
Llevan toda la noche deslizándose sobre ese aparente tranquilo cauce y Jorge necesita descansar.
Roger agarra el timón y se dispone a soportar un nuevo día de ruta... con el conocimiento del río que le avala... como adivinando el recorrido del canal bajo ésas aguas rojas... como si el río y él fuesen uno...
Ha pasado ya medio día y Roger sigue al mando de la nave, atento... en guardia...
Cuando el sol comienza a despedirse del día Roger observa de nuevo ésos colores en el cielo, como si le estuvieran intentando decir algo, como si no fueran los de ayer... como si esos colores se hubieran mezclado nuevamente para dar tonos diferentes, más fríos... más lúgubres...
Está nervioso, como si los 23 años que lleva surcando río arriba y río abajo no le dieran la tranquilidad que deberían, como si fuera a pasar algo...
Aunque todavía queda algo de luz en el ambiente Roger ya ha prendido los faros y luces del bote y se dispone a completar su turno con unas horas más de manejo... sus últimas...
Tras él, y en sus hamacas, están Carlos y Vidal peleándose como de costumbre. Sharon, su mamá, duerme al costado de ellos, ajena a todo.
A pocos metros de ellos Mercedes observa lo poco que se adivina ya de la orilla mientras Miguel la observa de lejos...
Roger, de reojo, ve aparecer de la nada un gran bulto que se precipita hacia ellos por estribor... no hay tiempo para nada...
Al momento ve como el bote se levanta de un lado, como queriendo sobrevolar el cauce... precipitándose sin demora hacia su destino...
El agua parece que tenga prisa, entrando sin preguntar a la zona inferior, la de carga. Arriba Miguel desespera, Mercedes no está donde antes. Sharon está en el suelo del bote llamando a Carlos... y a Vidal... que ya no están en sus hamacas...
Con el impacto Roger ha acabado en la proa de la embarcación con un buen golpe en la cabeza, que se toca y nota mojada y fría. La sangre le chorrea por la frente pero no repara en ella pensando que es el agua recibida por el impacto...
Con la poca luz que queda en el escenario ve bultos en el agua, y le parece que alguno se mueve por sí solo... lanzándose sin pensarlo dos veces...
Jorge ya no volvió a ver a su hermano con vida... no recuerda haber pasado una noche como aquella...
Tres cuerpos aparecieron en unas playas río abajo... y dos más que no llegaron a encontrar nunca, abandonados a su suerte... sin poder cerrar su capítulo...
Roger consiguió jalar el cuerpo de un niño luchando por no acabar en el fondo del lecho, pero no llegó a ver la carga del otro bote arrebatándole a Carlos, arrebatándole sus opciones... arrebatándole su propia vida...
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