miércoles, 15 de enero de 2014

Que tus sueños se cumplan


Gordon Giltrap - Inner Dream

Había una vez un niño que tenía mucho pelo, pero que mucho pelo... de hecho, un año le pusieron en su tarjeta de cumpleaños; … “Para el hombre más vello”.
De jovenzuelo jugaba al fútbol con sus amigos y le llamaban “el Peluo” (chapa original donde las haya...). A este muchacho, desde bien chiquito, le gustaba ver los documentales de la 2, cuando todavía era “la segunda” o TVE2, e incluso cuando era UHF, y siempre soñó con grabar ésos documentales de la selva, animales y plantas, otras culturas y comunidades nativas... y año a año, nuestro protagonista fue creciendo... y pasó del colegio al instituto, y de ahí a la universidad.
Le gustaban mucho también las matemáticas, pero su gran pasión eran los bichejos y las plantitas.
Un día, cuando ya iba al instituto, y viviendo como vivía en una casa en el campo, cogió una araña cestera o también llamada araña tigre por su inconfundible rayado de negro amarillo y blanco, y la metió en un bote de cristal con unos agujeros que le hizo en la tapa con un destornillador. Tuvo el detalle de proporcionarle una víctima enrollada en un saco de seda que tenía colgado de su tela, una tela con marca propia, una tela con un zig zag blanco que desciende desde el centro de la misma... inconfundible...
Y su intención cuál era? Pues observarla unos días desde cerca, ver cómo come y cómo teje la seda... ( ya!... en el bote poco iba a tejer!... pero esas cosas quedan en un segundo plano cuando se quiere conseguir algo, ya se preocuparía de eso más adelante... )... vivir de cerca el día a día de un ser tan impresionante.
... y se acostó observando el bote de cristal desde la cama allá en la estantería de su cuarto...
A la mañana siguiente, y tras el calorcito generado y no disipado dentro del bote, el saco de comida eclosionó dando a luz... pues no sé, unos 500 o 600 tigres de ocho patas que por supuesto cabían por los agujeros de la tapa, y que tejieron todas y cada una de ellas microcaminos invisibles de seda que ocupaban todo el volumen de la estantería. Se observaban tras el despertador un sinfín de puntitos amarillos a todas las alturas y profundidades del estante, lo cual al “peluo” le pareció impresionante, descubrió que los sacos eran las cestas de huevos de estos arácnidos.
Curiosamente, a la madre del “peluo” también le pareció impresionante... impresionantemente alarmante, y lastimosamente solo sobrevivió la madre de las criaturas...

Esta anécdota provocó que la tía de nuestro protagonista, la “Rani” (… ¿?... por su semejanza a un batracio?, bueno...), le regalara el libro “Mi familia y otros animales” de Gerald Durrell, toda una eminencia en el mundo de los naturalistas conservacionistas, y con el cual se sintió bastante identificado...
Tras los tigrillos llegaron acuarios en los que alojaba todas sus capturas, ranas y sapillos, tritones y salamandras, pececillos varios, insectos acuáticos, y hasta serpientes de agua... de hecho, una de estas últimas se escapó del acuario y nunca más se supo de ella... bueno, al menos durante una larga temporada de unos 3 meses, cuando se dejó ver por uno de los seres humanos más temerosos de cualquier tipo de bicho ya fuera vivo o inerte... y claro, los bichos, ya sean vivos o inertes, huelen el miedo como los niños los caramelos, y la buscó... no hace falta que os cuente el grito y la carrera que se pegó la abuelilla del “peluo” hasta el cuarto de los tigrillos. He de añadir que en esta historia la viperina en cuestión acabó sus días felizmente en la albufera de Valencia, al menos hasta donde yo sé...
Podría contaros muchas anécdotas más, pero creo que esto se alargaría demasiado y las hogueras se acabarían antes que el cuento.
Actualmente este peculiar ser vello al que ya no llaman “el Peluo”, ha llegado a cumplir su sueño de estar en la selva y conocer diferentes comunidades nativas, paisajes increíbles, lugares asombrosos, olores y sabores sin igual, amigos... muchos amigos, y con suerte, terminará llegando a vivir y trabajar en lo más profundo de sus sueños, que es donde debería llegar a vivir todo ser humano de este impresionante planeta...

1 comentario:

pepa dijo...

Un abrazaco. Me ha gustado mucho tu cuento, no dejes de soñar y lucha para conseguir vivirlos...Sí se puede, si queremos PODEMOS....
Montón de besosssss, te quiero muchísimo...